NCAC Joins 32 Organizations in Amicus Brief to Strike Down the Trump Administration’s Travel Ban (NCAC, 10 April 2018)

NCAC joins PEN America and 31 other prominent arts organizations to jointly file a friend of the court brief in the case of State of Hawaii v. Trump, urging the Supreme Court to strike down the third version of the Trump travel ban issued on September 27, 2017. Executive Order (EO) 13780bans all immigration from six majority Muslim countries, placing additional visa restrictions on nationals of Syria, Iran, Libya, Yemen, and Chad, and includes token restrictions on North Korea and Venezuela. Read the full article. 

Bahraini injustice: Nabeel Rajab sentenced for tweeting

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Nabeel Rajab, BCHR - winner of Bindmans Award for Advocacy at the Index Freedom of Expression Awards 2012 with then-Chair of the Index on Censorship board of trustees Jonathan Dimbleby

Nabeel Rajab, BCHR – winner of Bindmans Award for Advocacy at the Index Freedom of Expression Awards 2012 with then-Chair of the Index on Censorship board of trustees Jonathan Dimbleby

Index condemns the decision to sentence Bahraini human rights defender – and Index on Censorship Freedom of Expression Award winner – Nabeel Rajab to five years in prison. Nabeel’s ‘crime’ was to tweet about torture in Bahrain’s jails and to criticise the war in Yemen. Those are not crimes. Opinions are not crimes.

It is clear from today’s harsh sentence that the Bahraini government simply wants to silence its critics. We must not be silent in response. We urge Bahrain’s allies – and in particular the UK government – to condemn publicly this shameful and unjust punishment and to call for Nabeel’s release.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_basic_grid post_type=”post” max_items=”12″ style=”load-more” items_per_page=”3″ element_width=”12″ grid_id=”vc_gid:1519203946844-e98cea3b-21c0-4″ taxonomies=”716″][/vc_column][/vc_row]

Emisora en zona de guerra

[vc_row][vc_column][vc_custom_heading text=”Laura Silvia Battaglia habla en Mosul con los iraquíes que siguen al timón de Algad FM, pese a los bombardeos”][vc_row_inner][vc_column_inner][vc_column_text]

 Integrantes de los Pershmerga, las fuerzas armadas del Kurdistán Iraquí, reemplazan una bandera del Estado Islámico por la bandera kurda en las inmediaciones de Mosul, Irak, Kurdishstruggle/Flickr

Integrantes de los Pershmerga, las fuerzas armadas del Kurdistán Iraquí, reemplazan una bandera del Estado Islámico por la bandera kurda en las inmediaciones de Mosul, Irak, Kurdishstruggle/Flickr

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Por hablar en directo desde Mosul con la emisora de radio Algad FM hace un año, Ahmad (pseudónimo) pagó con su vida.

Había estado desfogando su odio hacia el autoproclamado Estado Islámico, el cual en 2014 conquistó parte de Irak central e hizo de Mosul su capital iraquí.

«Esperaremos a que llegue el ejército iraquí y nos libre de sus crímenes. Si no, ya pensaremos en limpiar nosotros mismos la ciudad. Los ahogaremos en desinfectante.» dijo por la radio.

Tras aquello fue arrestado inmediatamente por el EI. Unas horas más tarde, el vídeo de su ejecución se hizo viral.

En él, fue sometido a un tipo especial de tortura líquida: ahogado en un bidón de Cloroxilenol, acusado de ser un infiel y de conspirar con el enemigo.

Cuando relata aquel episodio, el hombre tras la emisora Algad FM, fundada en 2014, casi se atraganta. Después de tragar saliva, dice: «Es el único testimonio de Mosul que tal vez habría preferido no recibir nunca.» Mohamad al Mausily (un pseudónimo que en lengua árabe significa “Mohamad de Mosul”) es el director de esta emisora, ubicada en una casa anónima de Irbil, en el Kurdistán iraquí.

Dentro, el mobiliario es espartano. Hay un cuarto para la emisora de radio y otro para el canal de televisión, Naynaua Al Gad. La sala de prensa está alojada en el salón; el estudio, en uno de los dormitorios del piso de arriba. Hay una pequeña cocina, en la que almuerza el equipo (unas 15 personas), y el único invitado al que dejan pasar es un gato blanco.

El estudio está equipado con dos platós —uno para el noticiario, el otro para entrevistas— y varias sillas. En la sección de radio hay una zona insonorizada y un par de mesas de mezclas de las que el director rara vez se despega. Al Mausily tiene 28 años y nunca da su nombre verdadero a los periodistas, por cuestiones de seguridad.

«Seguimos estando en el blanco del EI por todo lo que hemos hecho y seguimos haciendo por la población de Mosul. Hemos dado voz a quienes no la tenían y seguiremos haciéndolo a toda costa. El nombre de nuestra emisora significa “La Nínive del Mañana”.»

Al Mausily es graduado en ingeniería electrónica por la universidad de Mosul. Pasó parte de su carrera profesional como profesor adjunto en la Universidad de Denver y habla inglés con fluidez. El Estado Islámico apareció de improviso en su vida, casi por casualidad: «Acababa de volver a Mosul para pasar aquí cuatro meses, antes de volver a EE.UU., cuando el EI ocupó la ciudad y me vi obligado a huir a Irbil.»

La emisora nació inmediatamente después, cuando, al no poder salir de Irbil, decidió hacer algo en concreto para ayudar a sus conciudadanos.

«Comprendí que tenía que hacer algo», relata. «No tenía experiencia, pero monté una empresa de comunicaciones. Comenzamos a retransmitir en marzo de 2015, en cuanto llegaron fondos de algunas ONG y de políticos de Mosul en el exilio.»

El primer obstáculo fue tratar de cambiar a menudo de frecuencias, o de ocultarlas para que el EI no las bloqueara.

«Al principio, solo teníamos un canal. Luego empezamos a cambiarlo continuamente, cada cuatro o cinco días, para que no nos censurasen.»

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«Desde entonces, los presentadores de Algad FM han recibido 45 testimonios en forma de largas entrevistas en directo y cientos y cientos de llamadas a la emisora, peticiones de auxilio y testimonios de testigos.»

Durante el asedio, la emisora también sirvió como medio para identificar la ubicación de muchos civiles, enterarse de su situación, de lo que pasaba en las zonas bajo asedio y de qué tipo de acción militar estaba llevando a cabo el EI.

En algunos casos, resultó crucial para descubrir cuál de los bombardeos de la coalición estaba teniendo los efectos más graves, cuál había causado el mayor número de muertes civiles. Hoy, luego de la liberación de Mosul a cargo del ejército iraquí, que dejó más de 40.000 muertes civiles, los presentadores de televisión y reporteros de Algad FM continúan su trabajo, recogiendo relatos de testigos sobre el terreno.

Hasán Omar al Huseini es el hombre que, durante los largos días de la campaña de liberación, obtuvo el mayor número de relatos de testigos en persona, además de los recibidos por radio.

«Abu Ahmad nos llamó desde Mosul, aterrorizado», cuenta. «Era dueño de una tienda al lado de la tumba del Profeta Jonás y de la mezquita de mismo nombre (en el montículo de Nebi Yunus), que el EI hizo estallar.

»En ese momento perdió su tienda y nos contó en vivo cómo había pasado. Dieciséis camionetas negras con las ventanillas tintadas rodearon el lugar sagrado, y de ellas salieron unos 100 milicianos del EI, armados con rifles automáticos y granadas. Primero saquearon el lugar a fondo, después lo volaron con dinamita. Su tienda terminó hecha cenizas.»

Al Huseini también obtuvo un testimonio de Abu Mohamad, residente del distrito Al Yadida de Mosul, que ha sufrido violentos bombardeos. Hubo uno en particular en el que mataron a 170 personas de una vez.

«Abu Mohamad estaba harto de todos ellos: del EI, que había puesto coches bomba delante de estas casas para usar a los civiles como escudos humanos, pero también de los americanos. Estaba convencido de que los ataques aéreos sobre esta zona de la ciudad habían sido más intensos últimamente porque el barrio no tenía una buena reputación en la época de la ocupación estadounidense, y era la fortaleza del Partido Baaz.»

Pero estos testimonios también nos hablan de extorsión, secuestros y actos de violencia inexplicables.

Abu Dunia, el padre de una chica adolescente, Dunia Nabil Ahmad, llamó a la emisora suplicando ayuda. El EI había capturado a su hija en el Hospital Al Salam de Mosul, al parecer por milicianos que patrullaban las alas del edificio.

Los hombres le ordenaron que llamase a su marido para demostrar que estaba casada y que les mostrase su partida de matrimonio. Desde aquel día, nadie los ha visto, ni a ella ni a su marido. Los dos hijos de la pareja quedaron huérfanos.

«También hay historias que han tenido un final feliz, si es que puede considerarse así», dice Al Huseini. Una es la historia de una mujer que era dueña de un salón de belleza y a quien el EI arrestó tres veces para extorsionarla. La mujer fue encarcelada durante tres meses y tuvo que pagar 35 millones de dinares iraquíes (30.000 dólares estadounidenses) para que la soltasen. Después de eso los milicianos le volaron la tienda. Hoy, ha reabierto su negocio en Mosul, en la zona nueva de la ciudad, y ha comenzado a rehacer su vida.

«Su caso», relata el reportero, «es muy interesante y me ofreció la oportunidad, al menos esta vez, de seguir una historia larga y coherente, y de conocer un poco más a esta mujer que antes, para mí, solo había sido una voz.»

Sin embargo, Algad FM no solo ha dado una voz a los habitantes de Mosul, aplastados por la dictadura del Estado Islámico. También se la ha dado a los milicianos, de principio a fin.

«Al principio», dice Al Mausily, «a menudo era posible debatir en nuestras frecuencias con la gente que defendía la doctrina política y religiosa del EI. A fin de facilitar la retransmisión de información y el debate, nuestros presentadores fingían ser simpatizantes del Estado Islámico.»

Luego, a medida que progresaba la liberación, las historias sobre el terreno dejaron paso a voces de personas reales. Al Huseini recuerda cuando la Unidad de Movilización Popular de Nínive arrestó a un grupo de milicianos del EI en Mosul.

«Entrevisté a dos de ellos, Abu Kutiba y Abu Kutada», cuenta. «La función del primero era lapidar a las mujeres adúlteras y empezó su servicio cuando el EI lapidó a su propia prima. El segundo era un imán del consejo central. Daba sermones del viernes ya escritos a los imanes de las mezquitas gemelas. Los sermones trataban temas muy cercanos a la teología política del EI: infieles, apóstatas, cómo tratar a los chiíes, la yihad. Me dijo que mataban a todo aquel que se negase a predicarlos; había matado a uno, un desobediente, con sus propias manos. Estaba muy orgulloso de aquello.»

Algunos nombres de este artículo han sido modificados por motivos de seguridad.

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Laura Silvia Battaglia es corresponsal habitual de la revista de Index on Censorship. Informa desde Yemen e Irak.

Este artículo fue publicado en la revista de Index on Censorship en otoño de 2017.

Traducción de Arrate Hidalgo.

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With: Ismail Einashe, Peter Bazalgette, Wana Udobang[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=”1/3″][vc_single_image image=”95458″ img_size=”medium” alignment=”center” onclick=”custom_link” link=”https://www.indexoncensorship.org/2017/12/what-price-protest/”][/vc_column][vc_column width=”1/3″ css=”.vc_custom_1481888488328{padding-bottom: 50px !important;}”][vc_custom_heading text=”Subscribe” font_container=”tag:p|font_size:24|text_align:left” link=”url:https%3A%2F%2Fwww.indexoncensorship.org%2Fsubscribe%2F|||”][vc_column_text]In print, online. In your mailbox, on your iPad.

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Emisora en zona de guerra

[vc_row][vc_column][vc_custom_heading text=”Previo a publicación de un nuevo informe sobre las amenazas a los medios de comunicación en el país, Rhodri Davies habla con los sirios que crearon su propia emisora de radio”][vc_row_inner][vc_column_inner][vc_column_text]

Varios locutores de la emisora SouriaLi, reunidos con invitados en Amán (Jordania)

Varios locutores de la emisora SouriaLi, reunidos con invitados en Amán (Jordania), SouriLa

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«Compramos unos trapos muy gruesos para fabricar una especie de insonorización; así nuestras voces no se oirían desde fuera y el sonido de las bombas no entraría al apartamento», cuenta el periodista Dima Kalayi, describiendo cómo un grupo de personas unió sus fuerzas en un piso diminuto y comenzó a realizar programas para una emisora independiente siria. El piso de Damasco fue el primer lugar en el que pudieron reunir a gran parte del equipo de la nueva emisora.

«Queríamos que SouriaLi fuera un ejemplo de cómo nos gustaría que [fuera] Siria en el futuro», dice Caroline Ayub, una de los cuatro cofundadores de la emisora, que ayudó a montarlo todo desde el exilio. Ayub explica que querían mostrar la identidad diversa de Siria, al mismo tiempo que recordaban también la cultura que todos tienen en común. Por otro lado, les daba la sensación de que se recurría demasiado a los medios internacionales para informarse sobre su propio país.

«Para nosotros, el objetivo principal de la revolución era expresar la propia voz e identidad. Y para ello es esencial hacer que esa voz continúe», añade Ayub, que huyó a Marsella tras haber estado presa durante un mes en 2012 por distribuir huevos de Pascua con citas sacadas de la Biblia, junto a otras del Corán (las autoridades la acusaron de terrorismo).

SouriaLi, que puede traducirse como «Siria es mía», transmite las 24 horas y cuenta con podcasts, contenido visual y una app. Sin embargo, no compite contra los programas de noticias duras a tiempo real. La intención de la emisora es reflejar los problemas que sufre el país por medio de debates y tertulias —interactuando en vivo con el público por WhatsApp y Skype regularmente—, así como radionovelas y cuentacuentos.

Lo suyo es verdadera vocación. El informe del Comité para la Protección de los Periodistas, cuya publicación está prevista para noviembre, hará mención a la creciente gravedad de la situación de los periodistas sirios y espera que el país pase de estar en tercer lugar a ser la segunda nación más peligrosa en su índice global.

SouriaLi se vale de periodistas para recabar información, que luego contrasta con otras fuentes. Al contar con miembros provenientes de una amplia área geográfica dentro del país —aunque la mayoría viven ahora en el exilio—, su red de contactos en Siria es “extensa”, según Iyad Kalas, otro cofundador y director de programación. Explica que siempre examinan la procedencia de las fuentes y el modo en el que se ha obtenido la información para poder establecer su nivel de credibilidad.

Su serie semanal titulada Yadayel (“Trenzas”) cuenta historias de mujeres, como el trato que reciben en puestos de control, la experiencia de vivir en Raqa bajo el control del EI o cómo es trabajar en un hospital.

«Es muy importante para nosotras, porque así estás dándoles voz [a] las mujeres. La mayoría de estas mujeres provienen de una sociedad muy oprimida y conservadora», explica Ayub.

Llegó a haber 11 personas de la emisora en Siria, más las que trabajaban desde fuera. Hoy, sin embargo, solo queda un miembro del equipo en el país: muchos de ellos acabaron en la cárcel antes de marcharse de Siria, algunos por oponerse al gobierno y otros por enviar ayuda. La mayoría de los que no fueron arrestados, como Kalayi, que vive en Berlín desde 2013, abandonaron el país. Ayub describe SouriaLi como «un medio exiliado porque, por el momento, estamos en el exilio».

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El equipo ahora suma 27 miembros, voluntarios incluidos, que trabajan desde 14 países distintos de Oriente Medio, Europa y Norteamérica.

La labor de reafirmar la diversidad de Siria supone facilitar el acceso a las ondas a todas las voces del grupo, ya sean kurdas, suníes, chiíes, alauíes, armenias, cristianas o de otro tipo. Kalayi produjo una serie titulada Fatush, en la que tomaba recetas típicas de las diferentes regiones y grupos de Siria y hablaba sobre identidad étnica y problemas a menudo ignorados, mano a mano con la gastronomía.

SouriaLi trata de incluir una variedad de perspectivas, aunque las figuras prorrégimen raras veces aceptan la invitación. Pese a todo, la emisora ofrece la oportunidad de expresarse a todos los puntos de vista. «Creemos firmemente que los medios de comunicación, como una emisora de radio, una plataforma, deberían ser para todos los sirios», afirma Ayub.

Sus emisiones atraen a un público numeroso: tienen más de 450.000 seguidores en Facebook. La emisora solía emitir en FM en 12 zonas de Siria, en las que compañeros locales se encargaban de la transmisión. Sin embargo, el régimen de Assad siempre prohibía la emisión en las regiones que caían bajo su dominio, y diferentes grupos de combate de la oposición, como Yabhat al Nusra (entonces vinculado con Al Qaeda, hoy rebautizado como Yabhat Fateh al Sham), han tratado de controlar el contenido de SouriaLi. Exigían, por ejemplo, que dejasen de emitir ciertos programas y música, como el contenido kurdo, o los obligaban a emitir el Corán. La emisora también recibió amenazas del Estado Islámico.

SouriaLi se negó a recibir órdenes del gobierno o de sus oponentes, y puso fin a su transmisión en FM a mediados de 2016. «Así que decidimos dejarlo», relata Ayub. «Dijimos: “Siria ya no es [solo] Siria de la frontera adentro. Siria es todos los sirios de cualquier lugar.” Tenemos millones de sirios fuera, en Europa. Todos necesitan la esperanza, la información que estamos emitiendo, así que recalibramos nuestro centro atención».

La emisora de radio pasó a ser solo en línea. Su página web está disponible para la población siria, tanto en los lugares donde no hay censura como a través de VPN. También hay una versión pensada para evitar la censura que solo incluye la emisión de radio en directo.

Kalas, que abandonó Siria por Francia en 2012, cuenta que ahora la emisora podría pasar a estar solo en internet, pues «Siria es un país virtual» con oyentes repartidos por todos los puntos del globo. SouriaLi calcula que alrededor del 40% de su audiencia online está ubicada en Siria, otro 40% lo forma su diáspora y otro 18% son oyentes de habla árabe, principalmente de Irak y Egipto.

Mantener la moral alta es uno de los mayores retos a los que se enfrenta el equipo, según Kalas y Ayub. «Antes de 2011 no había realmente “medios” o “periodismo” en Siria», apunta Kalayi. Ahora, se siente optimista. «Tengo libertad para elegir los temas, cómo tratarlos, cómo presentarlos. Y esto es algo muy importante para mí como persona y como periodista». Y cuando las condiciones lo permitan, quiere volver a Siria y seguir haciendo eso mismo.

Ayub añade: «Yo creo que a un país [como] Siria le hacen falta miles y miles de proyectos de comunicación, muchas plataformas para que la gente se exprese, para debatir. Porque, sin debate, sin libertad de expresión, nunca existirá un país libre. Y esto, por supuesto, es aplicable a Siria también».

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Rhodri Davies es periodista independiente. Ha escrito reportajes desde Catar, Egipto, Irak y Yemen.

Este artículo fue publicado en la revista Index on Censorship en otoño de 2017.

Traducción de Arrate Hidalgo.

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With: Ismail Einashe, Peter Bazalgette, Wana Udobang[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=”1/3″][vc_single_image image=”95458″ img_size=”medium” alignment=”center” onclick=”custom_link” link=”https://www.indexoncensorship.org/2017/12/what-price-protest/”][/vc_column][vc_column width=”1/3″ css=”.vc_custom_1481888488328{padding-bottom: 50px !important;}”][vc_custom_heading text=”Subscribe” font_container=”tag:p|font_size:24|text_align:left” link=”url:https%3A%2F%2Fwww.indexoncensorship.org%2Fsubscribe%2F|||”][vc_column_text]In print, online. In your mailbox, on your iPad.

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